Por profesión o por devoción, ser entrenador de cantera y además ser un entrenador de «chupetines» o poco más, supone desarrollar una labor muy especial. Un entrenador o entrenadora de baloncesto es una persona multifunción. Desarrollan varias actividades, por lo que sus virtudes han de ser innumerables. Tienen que conseguir enganchar a las peques en el baloncesto, enseñar disciplina, pero con sumo cuidado para que no se sientan presionadas en exceso y terminen detestando el basket por verse sujetos a normas estrictas. Además, hay que dar ejemplo y ejercer de madres o padres, de tíos, de entrenador, de psicólogo, más con los padres que con los hijos. Tan pronto tienen que estar pendientes de que no cometan una travesura como de que se alimenten en las salidas, o peinarles o vete tú a saber. Son auténticos directores de orquesta. Y además,, deben potenciar poco a poco la técnica individual de cada pupilo. Todo un mundo. También deben preocuparse de que vayan correctamente equipados, de peinarles, o de pasar la mopa a la cancha. Por todo ello y por mucho más, no solo debemos respetar a los entrenadores, debemos agradecerles sus desvelos y reconocerles la enorme labor que realizan. Valgan estas palabras como sentido homenaje a todos aquellos entrenadores, profesionales o no, que ejercen con celo su actividad. GRACIAS. (pinchando en la foto podéis ver un video regalo de cumpleaños a una entrenadora del Club por parte de los equipos con los que se encontraba vinculada).